Los Cuatro Jinetes del Fin del Mundo: San Sebastian y Punta Arenas

 

The Four Horsemen: Fernando, Charlie, Luis, y Sam

La mañana del 29 de abril fue poco placentera en cuanto a condiciones climáticas. Habían vientos, hacía frío y absolutamente todo estaba cubierto por una capa de lluvia. Un recuerdo de la noche anterior. Eso ya no era un inconveniente tan grande como lo solía ser. Ahora, nuestra caravana de motos no era de dos, sino de cuatro, y tendríamos un apoyo mutuo más sólido aunque el “uno para todos, todos para uno” es un arma de doble filo. Durante nuestro intento de salida de la ciudad, paramos en algunos lugares para que Charlie se tome las fotos turísticas que no había tenido tiempo de tomarse. Esto nos generó un retraso de una hora pero afortunadamente no teníamos mucha prisa.

Camino hacia el Paso Garibaldi, Charlie se adelantaba para poder sacar fotos en donde pueda y donde sea. A veces se detenía en medio del carril contrario con tal de obtener el mejor ángulo para una foto. ¿Peligroso? Sin duda. ¿Qué tal sus fotos? Cuando tienes una cámara DSLR realmente notas la diferencia. Es cierto que la cámara no hace al fotógrafo, pero ayuda bastante. Charlie era el más experimentado del grupo y su BMW de 1000cc le permitía adelantarse bastante para poder repetir sus paradas con frecuencia.

Hasta pronto, Ushuaia.

Paramos un rato en Río Grande para echar gasolina y para que yo pueda pasar por el hostel para ver si habían encontrado mi candado. No tuve suerte. Solo espero que quien se haya llevado mi candado le esté dando buen uso. Tras la pequeña decepción, continuamos rumbo a la frontera en San Sebastián, donde teníamos pensado pasar la noche. Formamos parejas de ruta de manera tácita. Charlie y Fernando iban juntos mientras que Sam y yo andábamos un poco más atrás. Al cruzar a Chile y preguntar en el único hospedaje que había, nos dieron la mala noticia que todas las camas estaban tomadas. Intentamos preguntando si nos podíamos quedar en el piso del restaurante pero la dueña nos dijo que no. También intentamos en la estación de Carabineros al frente pero no podían permitirlo. Terminamos levantando nuestras carpas detrás del hospedaje en medio de los vientos infernales de Tierra del Fuego. Me demoré media hora en armar mi carpa y perdí dos estacas en el proceso. Cuando terminé, el viento soplaba con tanta furia que mi carpa entera se hundía en sí misma. Puse la moto en frente para tratar de cortar un poco el viento pero durante la noche empecé a preocuparme que la moto podría venirse abajo encima de la carpa. Igual no iba a salir a moverla. Ni siquiera podía salir de mi bolso de dormir. Hacía tanto frío que podía ver mi aliento dentro de la carpa. Dormir fue una tarea difícil que hice a medias. Cuando finalmente empezó a aclarecer, el termómetro de Fernando leía –3 centígrados.

Atardecer sobre Tierra del Fuego

Ese día las condiciones no mejoraron. Saliendo de San Sebastián nos despedimos de Sam que iba a tomar otra ruta para ir directamente a Punta Arenas. Nosotros íbamos hacia el norte con destino Puerto Natales. Charlie nos había dejado la noche anterior porque no tenía carpa y aunque le ofrecí quedarse en mi carpa, tampoco tenía sleeping ni mayor forma de abrigarse en la noche. Nos encontraríamos con él en Cerro Sombrero, después de los 100km de caminos de tierra. El clima estaba húmedo pero la carretera estaba seca. Los camiones levantaban polvo y Fernando y yo terminamos comiéndonos tierra y barro. Cuando salimos del ripio estábamos cubiertos de pies a cabeza de una capa de polvo café. Dicha capa no duró mucho ya que la lluvia que empezaba a caer se encargaría de limpiar todo.

Corrimos con todo para llegar lo más pronto posible al ferry de Primera Angostura pero los vientos venían desde adelante y me frenaban el paso demasiado. Fernando y Charlie se adelantaron y yo luchaba por tratar de llegar a tiempo. Cuando vi el Estrecho de Magallanes nuevamente y al ferry esperando sentí un gran alivio pero solo había estado esperando gracias a las súplicas de los muchachos que llegaron a tiempo. Ya habían colocado los seguros del ferry y si me hubiera tardado 30 segundos más, hubiera tenido que esperar más de una hora para volver a cruzar. Dentro del ferry volvimos a analizar la ruta que teníamos por delante y decidimos pasar por Punta Arenas ya que Charlie y yo estábamos ansiosos por ver los pingüinos de la reserva cercana. Más tarde nos enteraríamos que los pingüinos se habían ido de la zona hace más de un mes pero igual fue buena idea parar en Punta Arenas de todas maneras porque una vez fuera de vuelta sobre la masa continental, la lluvia cayó con todo. La ropa impermeable que llevaba puesta aguantó hasta su límite máxima y a la hora que llegamos a la ciudad, ya sentía una sopa en mis zapatos. Y era una sopa helada. Estar frío y mojado te hace sentir tan, pero tan miserable. Nos hospedamos en el primer lugar que encontramos que afortunadamente también estaba muy bueno. Nos cambiamos y salimos en busca de repuestos. Fernando y Charlie necesitaban neumáticos nuevos y yo estaba en busca de un foco para un faro delantero y el flasher intermitente para mis luces direccionales que dejaron de funcionar antes de llegar a Ushuaia. Gracias a la pronta respuesta y ayuda de UM Chile, pude identificar el problema e instalar el repuesto necesario.

Una vez de vuelta al cálido y hogareño hospedaje nos volvimos a encontrar con Sam que cayó ahí de pura coincidencia tras desembarcar del transbordador que salió de Porvenir. Los Cuatro Jinetes reunidos otra vez.

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luis tenorio

Luis es un ingeniero en eterna búsqueda de aventura. Actualmente se pasa la vida viajando por el mundo y escribiendo relatos y código fuente. Es el creador de Cartas del Mundo y Vuelta Sudamericana y el director informático de The Glutton's Digest.

One thought on “Los Cuatro Jinetes del Fin del Mundo: San Sebastian y Punta Arenas”

  1. From this entry, I deduce that our tent test-run in Gene’s living room didn’t fully prepare you for setting up refuge in harsh climates. All of the sudden I am full of great simulation ideas involving industrial fans and perhaps even advanced sprinkler systems. My apologies, next time I will bring my A-game.

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