Llueve sobre mojado: Rio Grande

Estaba sentado en la oficina de migraciones de Chuy en Uruguay mientras una fina llovizna caía sobre mi moto. El agente de aduanas me pedía los papeles de entrada del vehículo pero parece que a las 3am en Colonia (cuando entré a Uruguay), no había nadie haciendo ese control. En otras palabras el papel no lo tenía y trataba de explicarle esto al agente pero lo único que me repetía era que yo tenía que tener esos papeles para circular en el país. Luego de cinco minutos de yo insistirle a él que no había ningún control aduanero cuando entré y él insistirme a mí que tenía que tener esos documentos, finalmente terminó dejándome ir. Has tenido mucha suerte que no te haya parado la policía en ninguna parte.

Cruzando fronteras.

Salí de ahí y crucé a Brasil donde tuve que hacer el control de ingreso. En aduanas me atendió la mujer más hermosa que podría haber estar trabajando para el estado. No me importó mucho que se demoraran media hora en imprimir mis permisos de circulación. Cuando me los entregó me dijo en un portuñol bastante entendible:

Nao perdas estos papeles. Os vas a precisar cuando salgas do Brasil.

Creeme, lo tengo claro.

Afuera, la llovizna se había intensificado un poco. Antes de salir del hostel en Chuy, la señora ahí me dijo que probablemente se despejaría dentro de poco pero creo que sólo me estaba tratando de hacer sentir mejor. Por todos lados habían cielos grises. La carpa y el sleeping se habían mojado durante la noche y ahora yo empezaba a sentir el agua penetrando la casaca y los pantalones.

Ni siquiera los árboles ofrecían protección de la lluvia.Y la lluvia caerá. Luego vendrá el sereno.

Tomé un descanso debajo de un árbol y cada camión que pasaba me mojaba un poco más. Ya había pasado unos 100km de la frontera y sabía que estaba completamente empapado. Sentía charcos dentro de mis botas, frío en el pecho y un peso adicional en los pantalones (no sean malpensados, era agua). Un poco más adelante volví a parar para tomarle una foto a una capibara enorme que estaba cruzando la carretera. Cuando saqué mi cámara me di cuenta que había estado grabando un video dentro de la casaca pero el lente estaba cerrado. Debería estar apagada. Abrí el lente y empezó a tomar fotos sola, el autofocus hacía locuras y cambiaba de función cada dos segundos. El agua había entrado a mi bolsillo y había mojado la cámara. Cerré el lente, le saqué la batería y temí lo peor. La guardé en un bolsillo un poco más seco (sólo un poco) y continué hacia Rio Grande.

Volví a sentir frío al acercarme a Rio Grande. Mis manos estaban temblando pero todavía mantenía fresca la memoria del frío en la Patagonia y sabía que esto no era nada. Tenía las esperanzas de encontrar una ciudad simpática en Rio Grande pero resultó ser una pequeña ciudad industrial. Habían cualquier cantidad de fábricas y los olores cambiaban cada 200m. Ninguno de ellos muy placenteros. El sol empezaba a caer y comenzaron a surgir mis preocupaciones. Para comenzar, no podía quedarme en un camping porque casi todo lo que tenía estaba mojado. Además, no habían lugares de camping por aquí. Segundo, no sé hablar portugués. Lo único con lo que me podía comunicar eran palabras similares en español y la frase Não falo Português.

La última foto que tomó mi cámara antes de dejar de prenderse.

Tras llegar al centro, luego de un rato encontré un hotel y pasé la noche ahí. Apenas entré a la habitación colgué todo lo que se había mojado en cualquier gancho o esquina que encontré. Botas, medias, pantalones, camisa, casaca, sleeping, carpa, pasaporte, dinero, casco, mapas, celular y cámara. El celular sobrevivió pero la cámara seguía sin funcionar. Felizmente tenía exactamente lo que necesitaba para comprobar una teoría que había estado distribuyendo como consejo a muchas personas. Agarré mi cuchillo y desarmé la cámara. La puse dentro del contenedor de comida que llevo y lo llené de arroz. La teoría era que dejándolo uno o dos días, el arroz extraería toda la humedad de las partes electrónicas que no se podían secar a mano.

Destripando la cámara Comprobando la teoría del arroz.

Más valía que esto funcionara. Sino, solo tendría fotos de celular hasta llegar a Ciudad del Este en Paraguay, lugar de importaciones y contrabando.

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luis tenorio

Luis es un ingeniero en eterna búsqueda de aventura. Actualmente se pasa la vida viajando por el mundo y escribiendo relatos y código fuente. Es el creador de Cartas del Mundo y Vuelta Sudamericana y el director informático de The Glutton's Digest.

5 thoughts on “Llueve sobre mojado: Rio Grande”

  1. Buena Luis. Veremos si funciona una de tus muchas notas paticulares.

    Un abrazo

  2. Hijo por favor compra las llantas nuevas, y dime en que ciudad estas en estos momentos? abre tu mail ok?

  3. Rio Grande no es la ciudad que siempre sale en windows para configurar la hora? ….

    Tu y tus teorias … excelente la foto del arroz … Me hiciste recordar cuando leiste en internet sobre la máquina para descansar y la construiste!!!! …

    Eres grande tio!!!

    Un abrazo!

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