Mi intento de salir de Puerto Iguazú por balsa hacia Uruguay fue fallido. Había una carrera de lanchas en el río y además, según lo que me contaron los policías en el puerto, la balsa no operaba los fines de semana. ¿Qué me quedaba? Tenía que cruzar hacia Ciudad del Este a través de Foz do Iguaçu. Esto era justamente lo que quería evitar. Sabía que cruzar el Puente de la Amistad iba a ser terrible. Si cruzaba en balsa podía evitar toda la zona hipercomercial que es la frontera Paraguayo-Brasilera.
Resignado, me fui a Brasil para cruzar a Paraguay. No tengo fotos de esta parte pero voy a tratar de explicar el nivel de caos que rodea ambos puestos fronterizos. Un kilómetro antes de llegar al control brasilero ya comenzaba la fila de vehículos y entre todos ellos habían decenas de tipos con chalecos azules ofreciendo estacionamientos y recomendando tiendas de todo tipo. Cada uno que pasaba se acercaba para preguntarme si ya tenía estacionamiento en Ciudad del Este. Dos de ellos hasta me siguieron en una moto para preguntarme lo mismo y entregarme volantes. A todos les decía que no iba a comprar nada, que solo estaba cruzando a Paraguay pero eso solo les hizo cambiar de estrategia: “Mira, allá puedes comprar neumáticos nuevos. Trocar pneu”. Esto siguió hasta llegar al puesto migratorio donde ningún vehículo estaba parando. Todos seguían directo hacia Paraguay. Tuve que parar en medio de la vía detrás de unos bloques de cemento para poder hacer los trámites migratorios.
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