Hace una semana, el blog turístico de Lunahuaná me pidió permiso para publicar la crónica del viaje que hice por ahí en julio. Lo pueden ver directamente aquí o ingresando a lunahuanaweb.blogspot.com. Ahí podrán encontrar mucha información sobre la actualidad en Lunahuaná, lugares para visitar, actividades y festivales según épocas del año. Todo lo que necesitan para planear un viaje a Lunahuaná.
Author: luis tenorio
La aventura no se detiene: Oxa parte 3
Ok, esto en realidad debió salir ayer pero estuve ocupado lidiando con unos asuntos. Sacar esos pantalones de aduanas está resultando ser un verdadero dolor de cabeza. Debí haberlos enviado por el servicio de TransExpress. Aparentemente, Serpost no tiene idea en qué almacén dejaron el paquete y lo están tratando de ubicar. Lince dice que se despachó a Los Olivos. Los Olivos le echa la culpa a los problemas de los sistemas en Lince. Como les dije, un dolor de cabeza.
Pero por lo menos ahora ya se encuentra publicada la tercer entrega del viaje a Oxapampa. ¿Habrán explotado mis riñones? Léanlo.
Insania en aumento
Desde hace algunos meses he notado un incremento en la cantidad de veces que me han dicho que estoy loco. No solo la frecuencia sino también la intensidad con la que se suelta esa palabra hacia mi persona va en aumento. Originalmente, la locura se denominaba a un determinado comportamiento que rechazaba o se desviaba de las normas sociales establecidas. A pesar que hoy en día la locura engloba ciertas enfermedades mentales, su uso sigue siendo según el contexto original.
A continuación, mis supuestas locuras en formato cronológico:
Octubre 2007 – Decidí que me haría un tatuaje. Se lo comentaba a mis padres como una broma y siempre mostraban su rechazo a hacerme marcas indelebles en la piel. Seguí haciendo esto durante un tiempo hasta que un día regresé con un tatuaje en la espalda. Digamos que mi esfuerzo por tratar de suavizarlos previamente con las constantes referencias al tema no tuvo el efecto deseado. “Luis, estás loco. Pareces un delincuente con esa cosa en tu espalda.”
Agosto 2008 – Pedí vacaciones con meses de anticipación para poder mochilear durante un mes por Chile, Argentina, Brasil y Bolivia. Mis amigos me dijeron que era una locura y que era muy poco tiempo para tanto recorrido. Felizmente, su forma de decir que mi idea era disparatada tuvo una connotación positiva. “¡Un mes mochileando por Sudamérica, qué locoooo!”
Marzo 2009 – Harto del infierno que es el tráfico en Lima, contemplé durante meses la idea de comprarme una moto. Mi madre y hermanas me lo prohibieron (terminántemente) amenazándome con botarme de la casa o quemar la moto (¡qué drama!). Es más, ni siquiera botándome de la casa permitirían que me la compre. “¿Una moto? ¡Estás loco! Ni siquiera bromees con eso. Te la compras sobre mi cadáver.”
Mayo 2009 – Después de hacer varios viajes en moto a lugares exóticos como la casa de mi vecino y la bodega de la esquina, decidí que ya tenía suficiente experiencia como para salir de mi cuadra. Empecé a usar la moto como media de transporte principal en el caos que es la ciudad de Lima. Todos me dijeron que debía tener problemas mentales si creía que conducir una moto por esta ciudad era una buena idea. Esta experiencia urbana constantemente me presenta a gente mucho más loca que yo: taxistas y choferes de combi. Claro que cuando se me cruzan, no les digo locos. Les digo otra cosa.
Julio 2009 – Aprovechando los feriados de Fiestas Patrias, planeé un viaje hasta Lunahuaná en moto. El esposo de mi prima intentó disuadirme usando mentiras exageradas y ridículas tácticas de miedo. “Eres un demente. En Lunahuaná te MATAN para quitarte esa moto.”
Octubre 2009 – El último viaje a Oxapampa generó una desbordada preocupación por parte de una vieja amiga que nació allá. Me suplicó de rodillas (por chat) que no haga el viaje por lo peligroso que era. Ella y el resto de su familia prácticamente me aseguraron que moriría en el camino y que semejante estupidez no valía la pena. Las demás personas con dudas sobre el viaje simplemente asumieron que de Ticlio no iba a pasar. ¿Crees que vas a pasar por Ticlio? Tas loco, won.
Octubre 2009 – Durante el mismo viaje, me detuvieron unos policías por adelantar en una curva abierta (no había tráfico en sentido contrario pero bueeeeno, hay que respetar las leyes). Me bajé de la moto y le entregué mis documentos al oficial. Lo seguí en silencio hasta el borde de la carretera donde nos quedamos contemplando el horizonte entre las siluetas de las montañas. Luego de un momento de profunda meditación de su parte me preguntó, “Señor, ¿a usted le gustaría tener una vida larga? porque lo que acaba de hacer es una locura.” (No les miento. Realmente escogió esas palabras)
Ayer en la mañana – Me encontraba disfrutando el hecho de adelantar a todos los autos atascados en la Av. Javier Prado. Es uno de los grandes placeres de andar en moto en la ciudad. Llegas a un embotellamiento en una avenida larga y enfocándote en la distancia ves que entre cada fila de autos hay un espacio suficiéntemente ancho para avanzar sin tener que hacer ninguna maniobra complicada. Es como si las leyes que rigen el universo hayan diseñado ese espacio precisamente como un carril de motocicletas. Aproximándome a la intersección que tiene a todos jalándose los pelos, un Toyota plateado se cruza por mi glorioso carril y me obliga a frenar. No fue una frenada en seco que me hizo sudar. Al contrario, fue una frenada lenta y tranquila porque este tipo de metidas de carros son algo a lo que siempre tengo que estar pendiente. Aparentemente el señor se encontraba muy estresado (efectos del tráfico, seguro). Bajó la ventana del asiento pasajero y me preguntó, “Oye, ¿estás loco? ¡¿ESTÁS LOCO?!”
Lo miré fijamente y antes de avanzar y dejarlo renegando en el tráfico que tánto odiaba, asentí con la cabeza con una gran sonrisa. “Sí. Sí lo estoy.”
De la selva su juerga (Oxa: pt.2)
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¿Será la juerga en la selva tan espectacular como dicen? ¿Encontrar un lugar que venda hielo en la selva es realmente un mito? Todo esto y mucho más en la segunda entrega del viaje a Oxapampa.
Voy a hacer el mayor esfuerzo para tratar de publicar las siguientes partes cada domingo. Hasta entonces…
Oxapampa: primera parte!
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Al parecer, cada viaje que hago resulta ser más interesante que el anterior. No solo por las cosas buenas que ocurren sino también las cosas malas. Para su deleite, ya se encuentra publicada la primera parte del viaje a Oxapampa.
Un viaje lleno de cosas buenas y malas.
Hombres trabajando
Estoy haciendo un poco de mantenimiento para que la página sea más fácil de navegar. De ahora en adelante los relatos de viajes no se van a hacer directamente a través de posts en el blog sino que estarán en una sección aparte (vean la pestaña de Viajes en moto). Eso quiere decir que los posts del viaje a Lunahuaná los voy a borrar pero van a estar copiados en la sección de Viajes en moto. Esto facilitará la lectura de cada viaje.
Hablando de viajes, como podrán ver, todavía no he subido nada del viaje a Oxapampa. La primera parte la debería tener lista esta semana. Estén pendientes que este viaje está lleno de peripecias y eventos que hacen que ahora más gente me diga que estoy loco.
Update: Cambio de ruta
Resulta que Nico no pudo conseguir los días libres necesarios para realizar el viaje. Ya estaba totalmente dispuesto a hacerlo solo pero unos compañeros de la oficina me comentaron que querían irse a Oxapampa por el fin de semana largo en una Toyota FJ Cruiser.
No tenía planeado llegar hasta la selva en moto pero, ¿quién dejaría pasar semejante oportunidad? Ahora el viaje va a ser más largo (y jodido), atravesando climas más diversos pero cuento con el apoyo de una camioneta en el caso de cualquier percance.
El nuevo plan es salir el jueves a las 4am y llegar a La Merced donde ya tenemos reservaciones en un hospedaje. Nos quedamos la noche ahí y al día siguiente nos vamos a Oxapampa. Hasta el momento solo he escuchado cosas horribles sobre el camino de La Merced a Oxapampa y que sería imposible pasarlo en una moto como la mía. Estoy dispuesto a hacer el intento pero tampoco quiero causar retrasos en los planes de los demás así que llegando a La Merced preguntaré si las condiciones están aceptables para que pueda pasar, de lo contrario, dejo a la negra en La Merced y sigo en la camioneta hasta el domingo que haríamos el viaje de regreso.
Habemus Casaca
En tiempo récord llegó la casaca que había pedido de USA. Una vez que ya conoces el trámite se hace más rápido todo el proceso. El servicio de TransExpress es recomendable aunque un poco caro. La tienda en línea Motorcycle Superstore también fue muy rápida en procesar la orden que hice a través de Amazon. Resultado final, una gran casaca que llegó con tiempo de sobra. Veamos qué tal rinde…
Lo que tenemos aquí es la Fieldsheer Drifter Jacket. Felizmente pedí el tamaño correcto. Según el cuadro de medidas de la página, tenía que pedirme una Medium pero en vista que todas las casacas que tengo son Large, me arriesgué usando un poco de sentido común y la pedí en ese tamaño. Me queda a la medida y se siente bien abrigadora por dentro y muy resistente por fuera. Adicionalmente es 100% impermeable a diferencia de la versión en cuero así que es mucho más versátil. Ahora solo le toca pasar la prueba de Ticlio que se viene.
Prueba de altura: Viaje a Junín
Se viene otro feriado semi-largo. El viaje anterior a Lunahuaná fue un éxito. La negra se comportó muy bien durante todo el viaje. Ahora vamos a ver cómo se comporta en altura.
El plan es salir de Lima el 8 de octubre temprano e ir por la Carretera Central tomando un rico desayuno en Chosica y pasar por Casapalca. En todo este tramo también me daré cuenta de mi propia resistencia física ya que subiría unos 4000 metros en 5 horas. Una vez ahí pasaría por Ticlio y con un poco de suerte ver algo de nieve. Después pasar por La Oroya y tratar de llegar hasta Junín el mismo día. Si cae la noch, buscaré un lugar dónde acampar en el camino.
Una vez en Junín, la voz sería acampar a la orilla del Lago Chinchaycocha y después regresar a Lima por la ruta “desconocida” que pasa por Yantac y Canta.
La altura no presenta el único desafío ya que también tendría que lidiar con cambios de temperatura extremos, cosa que requiere más protección que solamente un jean. Dudo que la casaca y pantalones de touring lleguen a tiempo para el viaje. Si no hubiera habido tanto problema con los pedidos tal vez ya estarían acá pero ese es otro de los inconvenientes de pedir cosas de Estados Unidos desde paises tercermundistas. 🙁
Me llega al perno
Después de un mes de luchar contra el perno rodado, finalmente lograron reemplazarlo en el taller. Claro que les tomó 2 días hacerlo pero por lo menos pudieron. La razón por la cual tuve que llevarla al taller en el primer lugar tuvo un origen algo desafortunado. Tuve un encuentro desagradable con el radar de un policía en el Callao. Había estado teniendo problemas con el velocímetro que marcaba entre 10 y 15 kph más rápido de lo que estaba yendo. Era bastante difícil calcular mi velocidad real de esta manera y esto contribuyó al exceso de velocidad al que iba (que en realidad ni siquiera era taaaanto). El radar me capturó bajando del puente y consecuentemente me detuvo un oficial que se encontraba más adelante. Están advertidos: en el Callao se toman las leyes de tránsito muy en serio.
En fin, con velocímetro y pernos de asiento nuevos llegué a mi casa para desarmar la parte posterior y colocar las alforjas. Pude quitar el asiento trasero con facilidad. Coloqué las alforjas en su lugar, teniendo en cuenta una distancia apropiada del tubo de escape y la cadena. Al volver a colocar el asiento me di cuenta que esto no iba a funcionar. Los puntos de sujetación del asiento estaban cubiertos por las alforjas. Hacerles huecos para que puedan entrar les restaría demasiada fuerza para manterse en posición y aumentaría la rapidez de deterioro. La solución es, y al parecer siempre fue, colocar las alforjas por encima del asiento trasero. Tanto dolor de cabeza para nada. Lo bueno de todo esto es que me dio la oportunidad para limpiar la moto a profundidad. Aproveché para lijar algunas partes oxidadas y aplicarle un líquido antioxidante. Ha quedado como nueva.
Aparte de todo esto, llamé a algunos consulados para averiguar qué documentos necesitaría para ingresar a los respectivos países. El trámite parece ser bastante simple: documento de identidad, licencia de conducir y tarjeta de propiedad para que me entreguen un pase temporal de rodamiento. Simple.