Luego de la caída del Imperio parece que Darth Vader ha optado por modos más eficientes de transporte.
Author: luis tenorio
Motobits: Big-Head Mode
Presentando: Motobits
Estoy agregando una nueva sección a Vuelta Sudamericana llamada Motobits. ¿En qué consiste? Con cierta frecuencia (mayor que la frecuencia de las historias) voy a estar colgando dibujos, fotos y videos de ocurrencias o novedades del mundo del motociclismo. Si tienen algo interesante para compartir, envíenlo a través de la sigiuente página:
Como para ir inaugurando Motobits hagan un poco de reflexión y vayan identificándose según su moto.
Tipos de motos… y lo que dicen de ti.
- Moto Normal – "Soy mucho más bacán que cualquier auto en la calle. Excepto en los días que graniza."
- Moto Pistera – "¡Tengo 18 años y mi muerte me es inconcebible!"
- Chopper – "No he encontrado un nacho que no me guste."
- Chopper Custom de $85,000 – "Voy por mi tercera esposa."
- Harley Davidson en PERFECTAS condiciones – "Soy un subgerente de préstamos hipotecarios en Citibank… solo salgo a montar una vez al año."
- La Moto ‘Todo Hace Juego’ – "¡Somos jubilados! ¿Se nota?"
*Artista desconocido.
¡Ataca, Perro Sucio!: cap.6 – Estalla Montañita
Capítulo: 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | Siguiente
Fue una mañana nublada aquel dos de agosto en Montañita. Salimos en la mañana a dar una vuelta por la playa y naturalmente no encontramos a nadie. Éramos los dueños de las olas y la arena, pero en nuestro reino playero no habían señales de vida.
Luego de una larga caminata hasta el final de la playa, donde nos encontramos mirando pececitos atrapados en las piscinas formadas por la marea y observando el horizonte sin decir nada, regresamos al pueblo. Pasamos por la misma bodega donde compramos el Absolut la noche anterior, sólo que esta vez, por el mismo precio compramos tres botellas de vodka cuyo nombre ni siquiera vale la pena tratar de recordar. Nos estábamos mentalizando para una noche de destrucción.
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¡Ataca, Perro Sucio!: cap.5
Capítulo: 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | Siguiente
El bus viajaba a lo larga de una angosta y maltratada carretera. Las ruedas giraban velozmente sobre el pavimento que de vez en cuando se interrumpía ante la presencia de un bache. Los pasajeros pegaban un pequeño salto en sus asientos pero nadie se mostraba demasiado preocupado. El sol brillaba y todo indicaba que sería un gran día.
Para recapitular un poco: en esta nueva etapa solo quedábamos Jose, Eddie, Bobby y yo. Ya habíamos perdido a Nacho a causa de una infección estomacal severa y un enfrentamiento violento. Ernesto, Lorena, y Mari se habían quedado atrás en Máncora. Éramos la mitad del equipo original, los valientes que seguían adelante.
Mientras más nos acercábamos a nuestro destino, menos pasajeros habían en el bus. En cada pueblito que cruzábamos en el camino se bajaba otra persona mientras nosotros mirábamos por la ventana asegurándonos que no estén sacando una mochila de más del compartimiento de almacenaje. Fue solo media hora antes de llegar a Montañita que se bajaron un par de tipos bastante grandes y nos dimos cuenta que en nuestro bus iban sentadas dos rubias que sin lugar a dudas no eran de la zona. Ahí comenzó un breve juego de adivinar de dónde eran nuestras intrusas. Basándonos en color de cabello, tono de tez y tamaño corporal acordamos que debían ser alemanas. Hasta Eddie dudaba que sean parte del clan de las “Yugoslovakas” que vimos en Máncora. Ahí fue donde terminó nuestro interés en las últimas pasajeras que nos acompañaban pero al llegar a Montañita, ellas también se bajaron. Cada uno agarró su mochila y entramos por la vía principal del pueblo.
¡Ataca, Perro Sucio!: cap.4
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Nacho se encontraba en muy malas condiciones. Estaba pálido, sudando frío, y severamente deshidratado. Se tomó algo para el malestar y se fue a dormir. El sueño lo ayudó un poco ya que la mañana siguiente se volvía a notar el color en su cara.
Ese día lo tomamos con calma. Alberto nos llevó a pasear por Guayaquil, mostrándonos los lugares más simpáticos de la ciudad: El Malecón del Salado, el Cerro Santa Ana, el Malecón 2000, y algunos otros puntos de interés. La pasamos bien, y comimos aun mejor (excepto Nacho, obviamente). Durante todo el día la salud de Nacho iba mejorando. Su estado de ánimo se levantó, se lo veía más alegre y de buen humor. Hasta se arriesgó a subir los 444 escalones del Cerro Santa Ana, donde nos cayó la noche en un pequeño bar mirando el malecón. Fue una digna manera de terminar el día: tomando unos tragos, escuchando buena música y dejando nuestras últimas frases célebres en las paredes del local.
Después de una deliciosa pizza fue que Nacho se dio cuenta que tal vez su sistema no estaba todavía lo suficientemente restablecido como para poder consumir lácteos. Se fue corriendo al baño. Toda su mejoría se fue, literalmente, al tacho (o al inodoro). La cuestión es que cuando salió del baño, era como si se hubiese arrojado más que solamente su comida. Arrojó su color, su ánimo, hasta su alma. Era lo más cercano a un zombie que alguien llegaría a ver en su vida.
Terminamos llevándolo a una posta médica cercana donde le recetaron medicamentos y más reposo. Todos nos habíamos divertido un poco burlándonos de la mala fortuna de Nacho. Escenas como la siguiente con motivo de apoyo moral eran frecuentes:
Cómo obtener tu brevete para motos
Dada la falta de información que existe sobre el trámite de brevetes para motos (B-II) yo mismo he publicado aquí el proceso completo con todos los requisitos. Ahora está como enlace permanente en la menú superior.
Vean aquí todos los requisitos y detalles del proceso.
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De las cenizas del fénix
“Tanto dolor en tu vida
tuviste que soportar
que caíste malherida,
te olvidaste de volar…
Es tu alma, que te habla,
que no se quiere apagar,
que desea ser corsaria
y la lucha continuar.”
– Desconocido
¡Ataca, Perro Sucio! : cap.3
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Cada día nuevo traía consigo una nueva aventura. Luego de un contundente desayuno para reparar la fatiga de la noche anterior, preparamos las mochilas para partir nuevamente siguiendo nuestro rumbo hacia el norte. Aquí fue cuando nos despedimos de Lorena, Mari, y las “Yugoslovakas” que lograron despertarse antes del mediodía. Dejábamos atrás al elemento femenino de nuestra escuadra. Encontramos una combi, atamos las mochilas al techo y nos subimos los cinco pasajeros destinados a continuar la travesía: Eddie, Nacho, Bobby, Jose y yo.
¡Ataca, Perro Sucio! : cap.2
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La lógica era la siguiente: por más obstinado que sea, Nacho eventualmente se aburriría si nadie le hacía caso a su ridículo bailecito. Le dijimos que todos nos íbamos a dormir, e inmediatamente regresamos a la habitación. La música seguía sonando a todo volumen, el patio entero seguía bebiendo hasta morir, pero nosotros en plena apariencia de niños buenos, regresamos a la camita. Nacho inmediatamente cesó sus actividades coreográficas y estoy seguro que se quedó profundamente dormido antes que su cabeza tocara la almohada.
Con la bestia escocesa de vuelta en su jaula, volvimos a salir a gozar de lo que fue una larga noche de risas, alcohol, y jarana. No hay nada como una juerga playera.